El día del amor me sirve como excusa para reflexionar sobre el amor:
amor hacia los demás, pero sobre todo, hacia uno mismo.
Es una lástima que rara vez nos enseñen cómo cultivar ese amor interno.
Sin embargo, cada día descubro más de mi amor propio a través del autoconocimiento.
Al comprenderme mejor, aprendo a amarme más, a respetarme, a tener paciencia conmigo misma y a crear las condiciones óptimas para crecer y florecer. Es como cuidar de una delicada flor, entendiendo sus necesidades específicas para permitirle desplegar su belleza.
Reconozco que el cambio genuino surge desde nuestro interior y se refleja en nuestra evolución personal, única y maravillosa.
A pesar de los desafíos que a veces conlleva, experimentar el amor propio es una sensación increíble, que nos permite vivir con plenitud y autenticidad, compartiendo con el mundo todo lo que somos.
Para mí, la felicidad es un viaje íntimo e intransferible, que reside en nuestro propio ser y no está sujeta a las circunstancias externas.
Agradezco al universo por brindarme las herramientas y las experiencias necesarias para descubrir y abrazar mi verdadero yo, sintiéndome libre y en armonía con quien soy.
Magui.